Se mire por donde se mire, la efectividad es algo personal.
Se hable de efectividad personal o de efectividad organizativa, la verdad es que todo empieza y termina en las personas. Te recomiendo que veas el vídeo que comparto más abajo de David Criado en TEDx.
Si una organización quiere ser más efectiva, debe empezar por ayudar a las personas a ser más efectivas.
Si una persona quiere ser más efectiva, debe empezar por ayudarse a sí misma a serlo.
Sé que esto último puede sonar extraño, pero es cierto. La tendencia habitual es la de echar balones fuera y pedir inútilmente al entorno que cambie. Y ya sabemos los resultados que eso ofrece.
Como resulta evidente que la efectividad es algo personal, es mejor afrontar su aprendizaje y desarrollo teniendo en cuenta todos los ámbitos de tu vida. Al final somos un «todo» indivisible.
GTD en lo personal y en lo profesional
En ocasiones, cuando las personas se acercan a GTD®, su primer impulso es aplicarlo solo a la parte profesional. Es algo instintivo que también me ocurrió a mi.
Probablemente, se deba al hecho de que, a priori, las causas más evidentes de la frustración, el estrés, la sensación de no llegar a todo, agobio, etc…, puedan procedan del ámbito laboral.
Pero sabemos que muy pocas veces se quedan exclusivamente ahí. Los compromisos y responsabilidades personales y familiares pueden dar lugar a situaciones poco deseables similares a las que se pueden dar en el ámbito laboral.
En mi experiencia, y en la de todos los usuarios que conozco, GTD® demuestra su potencia cuando se usa como un sistema completo y se utiliza en todos los planos de nuestra vida.
Y ello se explica, precisamente, porque GTD® está construido atendiendo a los aspectos cognitivos de cómo funciona nuestro cerebro.
Resulta poco discutible que nuestro cerebro funciona de la misma manera en casa o en el trabajo, en la vida personal o en la profesional. Y eso es porque nuestro cerebro es único.
Además, cuando desarrollas un hábito lo haces como persona. Lo generas tanto en tu vida personal como profesional. Por ejemplo, si tienes el hábito de ponerte el cinturón de seguridad al montarte en el coche, lo tienes cuando montas en el coche para ir a trabajar o para ir de vacaciones.
Si la efectividad es personal… que sea para cualquier persona
GTD® se compone de una serie de hábitos y comportamientos que son muy útiles para cualquier persona.
Da igual cómo sea esa persona: organizada o desorganizada, ordenada o desordenada, de carácter impulsivo o tranquilo, metódica o caótica,… Es indiferente.
Del mismo modo, GTD® es tan flexible que también es útil para las diferentes situaciones por las que pasamos las personas a lo largo de nuestra vida:
- Desde momentos de mucho estrés y carga de trabajo, hasta momentos de más tranquilidad
- Es igual de útil para estudiantes que para personas en puestos directivos o emprendedores
- Tengas muchas responsabilidades familiares o pocas
- Si trabajas en casa o lo haces fuera
- Etc…
GTD® es abstracto a las situaciones específicas. De ahí su gran aceptación por tantas personas en todo el mundo.
Conclusión
Si estás pensando en empezar a aprender GTD para conseguir, de una vez por todas, organizarte mejor, trabajar con mayor enfoque y, en definitiva, empezar a controlar la situación en lugar de que ella te domine a ti, recuerda que tienes un sistema para obtener lo mejor en el plano profesional y personal.
Así que deja de buscar excusas, céntrate en lo que puedes empezar a hacer y llévate la efectividad a lo personal.
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